jueves, 26 de agosto de 2010

El Homo Videns de Sartori

Giovanni Sartori en el libro de Homo Videns la sociedad teledirigida sostiene la tesis de que todo lo visible triunfa sobre lo inteligible y esto modifica al ser humano por completo involucionando y perdiendo toda capacidad de abstracción por un ludismo absoluto. Que permea el plano de lo privado, pero también de lo público.

El homo videns pierde el interés por la lectura y potencializa su necesidad de lo visible, pero pierde así la potencialidad de construir conocimiento porque el saber se desarrolla en el mundo de lo inteligible y no el mundo de lo meramente perceptible.

Así Sartori nos dice, y concuerdo, en que ahora solo le damos importancia a lo que podemos ver y lo que no vemos deja de existir. Es solo este ver lo que pone temas en las agendas políticas, y lo que no vemos y preocupa no lo tratamos. Retomo la frase de Non vidi, ergo non est.

En la defensa de la palabra por encima de la imagen me quedo con lo que sostiene respecto de que está mantenía un perfecto equilibrio entre pasión y racionalidad; ya que la imagen rompe con todo y solo busca la emotividad.

Respecto de ese pensamiento que nos han impuesto de ser ciudadanos del mundo y pensar globalmente también es interesante la reflexión que hace que cuando están involucrados nuestro interese volvemos siempre e invariablemente a lo local. Por tanto entre ciudadano del mundo y aldeano deja entrever la alternativa de la tribu de intereses. Al respecto menciono lo que Ridderstrale y Nordstrom describen dela tribalización, sostienen que se trata relaciones basadas en actitudes o en conocimientos, donde el lugar ya no es relevante, son tribus que generan y se identifican por un lenguaje propio, un código, signos, símbolos, tótems y rituales; se vuelven tribus biográficas y no geográficas donde se elige por voluntad y no por proximidad.

Ahora bien regresando a la tentación que señala Sartori de regímenes que impliquen formas de participación directa, no las despreciaría del todo, aunque entiendo plenamente la tesis de que con la enorme subinformacion y desinformación, se le da poder a un animus viceral y poco reflexivo sobre la res publica.

La visión tan fatalista de Sartori respecto de esta era gobernada por la imagen, por la video-política y que se encuadra ahora en el mar del Internet, de la multimedia y las realidades virtuales, es tal que como bien lo expresa tiene un afán de invitar a la reflexión de ser una especie de vacuna que induce el problema para que reaccionemos frente a él. En una toma de conciencia. Lo único malo es que el libro tiene 13 años y la reflexión en el tema es escasa.

Por el contrario un relato que retoma algunos puntos criticados por Sartori y los potencializa pero en función de una visión, podría decirse, mas utilitarista, es el libro ya citado de los economistas suecos Ridderstrale y Nordstrom, ver Instigadores, incendiarios y Funkys.

Por tanto entiendo necesario reflexionar sobre los ámbitos de incidencia de la imagen y la defensa del logos, para incentivar una racionalidad postmoderna pero con las advertencias de Sartori.

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