domingo, 19 de septiembre de 2010

19 de septiembre de 1985


Jueves, viajábamos en coche, en la madrugada, de la casa en el Estado de México a la guardería que se ubicaba en la calle de Vallarta, a lado de la Plaza de la República, la del Monumento a la Revolución, cuando entramos a la parte céntrica de la ciudad todo era zona de desastre, edificios caídos trafico y polvo. La guardería se derrumbo. Es de los pocos recuerdos que tengo, tenia tres años, después recuerdo haber sido llevado a casa de mis abuelos, porque mis padres participarían en la labores de rescate.

El epicentro del sismo fue localizado frente a la desembocadura del Río Balsas localizada entre los límites del estado de Michoacán y Guerrero a las 7:17:48 a.m. Tiempo del Centro alcanzando la Ciudad de México a las 07:19 a.m. con una magnitud de 8,1 grados según la escala de Richter.1 Fue de un sismo de tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez y registró una profundidad de 15.0 km. La ruptura o falla que produjo el sismo se localizó en la llamada Brecha de Michoacán. Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una. (Wikipedia)

La ciudad calló, la ciudad cayó y después de eso la gente la levantó.

De esta lección la ciudad aprendió mucho, se solidarizo, aprendió que la sociedad civil organizada puede mas que cualquier gobierno, a la fecha la gente se prepara, aunque para algunos ya no tienen sentido los simulacros se deben tomar muy en serio. La falta prevención y otros factores cobraron muchas vidas.

Entre esas lamentables vidas perdidas y como recuerdo de lo que era esa época siempre me viene a la mente Rockdrigo Gonzáles.



De ese sismo se levanto una ciudad distinta. Tomemos conciencia de la prevención y participemos todos en los simulacros, atendamos las recomendaciones de protección civil. Pero también hagámonos sensibles con los desastres naturales que padecen nuestros hermanos en el interior de la República.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Una historia de las Constituciones Mexicanas


Ver los textos Constitucionales disociados de su contexto histórico seria un error, es por eso que acierta Emilio O Rabasa en su obra Historia de las Constituciones Mexicanas, por ver cada texto como resultante de un acontecimiento significativo que requirió de una respuesta normativa y que esta a su vez genero consecuencias.

El orden de los grandes rubros del texto analizado es: La Constitución de Aptazingan; El acta Constitutiva y la Constitución de 1824; La etapa centralista; El Acta Constitutiva y de Reformas de 1847; La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 5 de febrero de 1857; y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.

Para los efectos metodológicos de los textos abordados por el autor, se advierten las siguientes características analizadas:
  • Vigencia temporal
  • Vigencia espacial, en el ámbito del territorio mexicano.
  • Significado de un rompimiento brusco con el pasado.
  • Aportación novedosa en el ámbito constitucional.
Ahora bien dentro de este encuadre anteriormente planteado se inicia con la Constitución de Aptazingan, que pese lo itinerante del congreso constituyente logró el Decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana del 22 de octubre de 1814; con 242 artículos que establecieron bases para las constituciones posteriores como lo son el fijar a la soberanía con residencia en el pueblo; y la inclusión de los derechos humanos. Aunque no rigió ni un solo día.

En forma propiamente dicha el Acta Constitutiva y la Constitución de 1824, fue el primer texto fundamental de la nación mexicana vistos como un documento en su conjunto. Influenciados por las ideas constitucionalistas norteamericanas y españolas, estos dos documentos, el Acta del 31 de enero de 1824 y el segundo la Constitución del 3 de octubre del mismo año dan forma a una República representativa, popular y federal, haciendo residir la soberanía en la nación y conservando como religión única a la católica, apostólica y romana. En esta etapa de 1824 la gran cuestión fue la adopción del sistema federalista, que resulto ser el problema de problemas, punto donde se inician las dos grandes corrientes ideológicas antagónicas que alimentaron la vida política de la país. Así la República y la Federación fueron las dos más grandes aportaciones del constituyente de 1824 a nuestra historia política.

A pocos años de haberse constituido México como nación independiente y de haberse dado la Constitución de 1824, las revueltas por las pugnas entre centralistas y federalistas generaron un caos en la recién nacida república, ante las reformas liberales de Valetín Gómez Farías, la repuesta del Congreso y del presidente Santa Anna fue convertir a la República Federal en centralista. En 1835 se disolvieron las legislaturas de los estados y se publicaron las Bases para la nueva Constitución en octubre del mismo año, las mismas bases dieron vida a 7 leyes centralistas que culminaron de expedirse el 6 de diciembre de 1836. El signo destacado de estas leyes fue la establecer un órgano de control supra estatal que se denomino Supremo Poder Conservador, órgano de revisión de casi a cualquier acto de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y solo responsable de sus actos ante Dios y la opinión pública. En 1843 de acuerdo a las Bases orgánicas se suprimía este omnímodo poder conservador pero se mantenía la idea de un gobierno centralista.

El Acta Constitutiva y de Reformas de 1847, convocado el Congreso con carácter de constituyente en 1846 se planteo el restablecimiento de la Constitución de 1824 y además se plantearon una serie de reformas encabezadas por Mariano Otero, entre esta reformas estaban: la conservación del sistema federal; los derechos del ciudadano; división de poderes; la supresión de la figura del vicepresidente; entre otras pero la gran figura de estas reformas sería el Amparo, para que los tribunales de la Federación protegieran a cualquier ciudadano en el ejercicio y conservación de los derechos federales. Con el Amparo los derechos del hombre no serian mera declaración lírica, sino garantía protegida por la Constitución. Esta acta fue aprobada casi en su totalidad y sancionada el 18 de mayo de 1847.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 5 de febrero de 1857, como resultado del plan de Ayutla de 1854 se expulsaba del país a Santa Anna y se convoca a un nuevo Congreso Constituyente, el 14 de febrero de 1856 se iniciarían las sesiones del congreso y el 5 de febrero de 1857 fue jurada y sancionada. Las mas destacables reformas de esta constitución son: los derechos del hombre, entre ellos el planteamiento y discusión de la libertad religiosa, la soberanía nacional que reside esencial y originariamente en el pueblo, el sistema unicameral, el amparo, el juicio político, entre otras. Formalmente esta constitución regiría hasta 1917 pero con la guerra de tres años, la intervención, la República restaurada y el Porfiriato su vigencia se convirtió en intermitente y especial su aplicación.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, para el presidente Venustiano Carranza, lo relevante era una reforma a la constitución de 1857 para adecuarla como el mejor fruto de la Revolución. Esta supuesta reforma iría por mas y lograría formar la primer Constitución liberal-social del mundo. Contemplada como una de las metas del Plan de Guadalupe se convoco al Congreso Constituyente el 19 de septiembre de 1916. Se le reconocen dos partes a la Constitución resultante la liberal o de liberalismo político , que fue un estricto apego al imperio de la ley; y la social o de liberalismo económico social constituida por progresistas de entre los Constituyentes que darían como resultado los artículos 3o, 5o y 123, 27 28, 24 y 130. Promulgada el 5 de febrero de 1917 misma que contiene como idea la de establecer el orden social mexicano, bajo la Constitución; como ideología al sistema federal y como ideal a un México democrático.

Si la historia al día de hoy se ve como generadora de figuras míticas separadas de la realidad social, logramos que no tenga sentido ninguna gesta, y es por eso que no se entiende un bicentenario del inicio de la independencia, ni tampoco se entenderá el centenario del inicio de la revolución.

Somos historia y contexto, nuestros máximos textos normativos también lo son y si no los entendemos como tales y los reflexionamos de vez en cuando en lugar de medio acatarlos, estamos condenados a repetir nuestros errores.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Homenaje musical a México

Este es un pequeño homenaje musical armado por su servidor y dedicado a mi nación en la conmemoración del inicio de su gesta de independencia.













De las sentencias

Dos de las clases de estas semana coincidieron en tema, ambas se refirieron a la sentencia, en la clase de ética con el Dr. Carlos Rodríguez Araujo nos referimos a la sentencia y la observamos como sentencia ferenda, y en amparo con el Ministro Juan Díaz Romero, vimos los destacables puntos que el juzgador debería observar al momento de dictar sentencia, mismos que transcribo a continuación:

Los 7 pasos para dictar una sentencia

El doctor Massini* dedica comentarios importantes a la teoría dela objetividad expuesta por Jules Coleman y Brian Leiter, que en el orden práctico son de utilidad para describir las etapas ideales para dictar una sentencia:
  1. El juez debe estar perfectamente informado de todos los hechos de la controversia;
  2. Asimismo, debe estar informado de todas fuentes jurídicas referentes a la litis (normas constitucionales, legales y reglamentarias, jurisprudencia, precedentes, doctrina, etc.);
  3. Ser observante de las leyes de la lógica y proceder racionalmente;
  4. Actuar de manera imparcial (e independiente, habría que agregar);
  5. Ser imaginativo cuando el caso requiere sopesar los intereses afectados, como por ejemplo cuando hay que decidir, mediante ponderación, entre dos principios fundamentales;
  6. Ser sensible al entorno cultural y social para saber razonar analógicamente;
  7. En el ejercicio de la discrecioanalidad prudencial el juez debe ir más allá de la coherencia y exterioridad de la seis condiciones anteriores, puesto que apoyándose en un juicio de orden práctico debe buscar la solución que procure el bien humano. Esta sería la séptima condición, la de fondo, conforme a la cual el juez debe buscar aquel resultado que sea más acorde con el bien humano; éste sería el índice de lo justo, la brújula de lo justo.
Massini Correas, Carlos. Objetividad jurídica Interpretación del Derecho, Porrúa y Universidad Panamericana, México, 2008, p. 94 a99)

viernes, 3 de septiembre de 2010

Un mínimo de historia de México.



El texto que comento a continuación (Historia mínima de México, 2a ed, El Colegio de México, 1994) surge como una recopilación enorme de material histórico que funcionaría como script para un programa de televisión, eso narra Daniel Cossio Villegas en la explicación a la obra, por lo que solo pretende abarcar un cauce general de la historia de México con un lenguaje sencillo y claro.

Como en toda historia el orden debe ser cronológico y aquí así lo es. Por tanto se entra a la visión del tiempo prehispánico y el encargado de este capítulo es el arqueólogo e historiador Ignacio Bernal. Quien señala que existen varios descubrimientos de América, pero el objetivo es advertir la teoría de que fue poblada por el cruce de grupos asiáticos que cruzaron el estrecho de Bering hace 35,000 años, y luego se dispersaron hasta lograr poblar todo el continente. La fecha más antigua que se señala de población para el territorio de lo que hoy es México es 21,000 años con el hombre de Tlapacoya. Pero se puede a empezar a hablar de civilización hasta el año 1000 a.C.

La primer cultura advertida de manera formal fue la cultura Olmeca, misma que ocupo un área de 18,000 metros cuadrados y llego a tener una población de 3500 personas. Fue una cultura tan desarrollada que las investigaciones le atribuyen el haber conocido el concepto del cero antes que los mayas. Su decadencia queda marcada por el siglo V a.C.

Posterior a esta cultura vienen varias culturas como la maya, pero aquí se destaca la cultura Teotihuacana que dura desde el año 0 hasta el 900 d.C. Con Teotihuacán se forma la civilización indígena del Altiplano.

El fin es delimitar la cronología para entender que en 1276 los mexicas entran al Valle y tras vagar errantes por su extensión deciden establecerse en 1325 en el islote que a la postre sería Tenochtitlán. De ahí empezó su dominio sobre los territorios vecinos, formaron la triple alianza y empezaron la construcción de un imperio coronado por el gobierno de Moctezuma II en 1502. Hasta aquí el relato prehispánico.

Ahora la era de la Conquista y la Colonia, parte encomendada a relato de la historiadora Alejandra Moreno Toscano. Para los mexicanos el siglo de la conquista será el XVI, mismo que se puede dividir en dos periodos de 1519 hasta mediados del siglo, donde ante la imposibilidad de la corona española de financiar la conquista se creó la figura de la capitulación, misma que permitía un dominio privado siempre y cuando se reconociera la soberanía española y se le diera un quinto de los beneficios a la corona. El segundo periodo se caracterizara por la figura del conquistador. Así esta figura queda iconizada por Hernán Cortes y su proeza de vencer al imperio mexica, conquista militar que puede ser vista en cuatro etapas: la antillana; la de exploración y alianzas; la de Moctezuma- Cortes; y por último el triunfo de Cortes.

Posterior a la conquista militar viene la conquista espiritual, término concebido por Robert Ricard y puesto para describir el proceso de cristianización e hispanización de los indígenas durante el siglo XVI. Etapa que puede ser dividida en dos: la de la misión franciscana de 1523 a 1555; y el segundo de 1555 en adelante caracterizada esta ultima por el Primer Concilio Mexicano.

Estas etapas dieron pie a dos siglos mas de colonia que se caracterizaron por un sistema costoso, monopólico y centralizado que nuca termino de incentivar el comercio

El denominado periodo formativo le correspondió en esta obra al historiado Luis Gonzales. Este periodo fue influenciado por la ilustración del siglo XVIII. Durante este periodo la Nueva España tenía un territorio de cuatro millones de kilómetros cuadrados, donde los criollos representaban el 16% de la población, los mestizos el 20% y los indígenas el 60%. España atribuía el progreso de la colonia al despotismo ilustrado, misma ilustración que traería la crítica por el descontento al régimen por parte de los criollos. Varios fueron los intentos de estos por lograr la independencia de España

Así en 1810 una de las conspiraciones que se daba en Querétaro, San Miguel y Dolores al ser denunciados, provoco que los conjurados se pusieran en lucha la madrugada del domingo 16 de septiembre. Lucha encabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla quien marca el inicio de la historia de México con su arenga. A él se sumarian Iriarte, Allende, Aldama y Morelos y muchos mas. A esta cruenta lucha se le pone fin con la firma del Tratado de Córdoba, negociado por Iturbide y el Virrey español Juan O´Donoju.

Al adquirir la independencia, México era el más extenso de los países hispanoamericanos ya que en 1822 se sumaron las provincias centroamericanas. El tratado de Onis-Admas de 1819 no fijo adecuadamente los linderos con Estados Unidos. Y ya constituidos como país se mostro la inexperiencia de los criollos para la administración pública y la inclinación de los caudillos a ser señores feudales. Se nombro una junta de Gobierno el 28 de septiembre de 1821 para regir al país y para convocar al Congreso constituyente. Este congreso de 1822 elegiría emperador a Iturbide y en 1823 un segundo Congreso proclama la republica y elabora la Constitución que se proclamaría en 1824, misma que dividiría el territorio en 19 estado y 5 territorios, dotaría de la división tripartita del poder, y dejaría al frente a un presidente y a un vicepresidente. Las primeras elecciones dejaron vencedor a Guadalupe Victoria y de vicepresidente a Nicolás Bravo.

El país se dividió entre centralistas y federalistas. Asume el poder, después de varias sucesiones en poco tiempo, Antonio López de Santa Anna, en su periodo se pierden más de la mitad del territorio en manos de los Estados Unidos. Hacia 1850 el territorio estaba disminuido la pobreza era mayúscula y había constantes guerras civiles por el poder para remedia esto bien el periodo conocido como “la reforma”, pero la escisión seguía entre conservadores y liberales, así los conservadores traen a Maximiliano de Habsburgo para ser el segundo emperador de México y como contraparte republicana se erige la figura de Benito Juárez.

El tramo Moderno le corresponde al economista, sociólogo, historiador, politólogo Daniel Cosió Villegas. Este periodo se pude dividir dos etapas, la República restaurada que va de 1867 a 1876 y una segunda etapa es la del Porfiriato de 1877 a 1911. Este último periodo se distinguió por que la sociedad mexicana estaba petrificada, periodo que terminaría con la elección presidencial de 1910.

El periodo revolucionario le corresponde al historiador Eduardo Blanquel, etapa que pude ser dividida en el tramo de 1910 a 1920, marcada por la reelección de Díaz y la insurrección de Madero y su muerte, Zapata y Carranza; y la segunda de 1921 a 1952, que va de Álvaro Obregón y su plan de reconstrucción nacional, pasando por Elías Calles y el Maximato, Lázaro Cárdenas y su reforma social, Ávila Camacho y Miguel Alemán.

El momento actual lo retoma Daniel Cosió Villegas para él la Revolución termina en un periodo de consolidación que va desde 1940 a 1970. Un periodo de elecciones presidenciales y locales caracterizadas por llevarse en “paz”. Pero con una profunda desigualdad económica, problemas demográficos y una estabilidad política que gritaba la urgencia de democratización del sistema.

Para finalizar este libro escribe Lorenzo Meyer, sobre la época de 1971 a 1980, historia marcada por el año de 1968, donde el movimiento de dicho año se manifestó en contra de los principales rasgos del sistema de economía mixta. Que trajo consigo guerrilla, guerra sucia, inflación y narcotráfico.

La desigualdad y la explotación no han dejado estar presentes y los eventos se suceden de manera coincidente sin ser fatalistas “el argumento histórico es lapidante”.

En la toma de conciencia de estos factores históricos se logra que este en nuestras manos el hacer cambios que rompan con estos círculos problemáticos y procuremos el país que nos merecemos.