sábado, 7 de noviembre de 2009

Sobre las olas. La segunda ola.

No hablare del vals más representativo de la música mexicana, ni tampoco de Juventino Rosas, pero si me pareció un titulo funky para hacer referencia a Alvin Toffler, futurólogo norteamericano que escribió un libro titulado La Tercera Ola.

Toffler en su escrito nos dice, que esto de presentar una metáfora de olas de cambio que chocan entre si, no es original que ya varios autores habían abordado el tema, pero la aportación de este escritor en 1980, consiste en una visión critica que si bien no pretende ser objetiva, ni científicamente demostrada, si parte de un modelo semi-sistemático que analiza a la civilización y advierte de la agonía de la era industrial y habla de que se empezaba a vivir ya una tercera ola que no muchos reconocían ni reconocen.


De la primer ola no nos dice mucho, pero si abunda respecto de la segunda, esta segunda ola necesita como base tres figuras a la familia nuclear, a la escuela de corte fabril y corporaciones gigantes. Que se encarguen de disociar la producción del consumo. Y al disociar estos se generarían los principios ocultos de: uniformación, especialización, sincronización, concentración (de energía, trabajo y población), maximización y una clara centralización del poder.


También señala que por ende comunismo y capitalismo no plantearon cosas distintas para afrontar la segunda ola, hay que recordar que para cuando Toffler escribe su teoría todavía el mundo podía dividirse de esta manera. Y explica que la imposibilidad radicaba en que el poder no estaba en los medios de producción, sino en los medios de integración.


Esos medios de integración tenían un esquema que requería de una arquitectura política nueva aunque incluía reminiscencias de la primera ola como la representación (entiéndase distrito electoral y vinculo con la tierra), pero que tenia sus propias figuras como la mecanomanía (tendencia mecanizar todo), la fabrica de leyes global y un ritual de seguridad. Este ultimo consistía en rituales masivos que se convertían en simulaciones para calmar a la sociedad, ya que por un lado se tenia a la fabrica de leyes que funcionaba e forma intermitente, pero que tenia una como contraparte una maquina de elites que tenia un funcionamiento continuo sobre un “gobierno representativo” que se convertía en una fabrica dirigida por un grupo cuya función era integrar al conjunto.

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